Pues estamos en eso de querer evitar la obesidad y seguir retenidos en el deseo de los cuerpos de la juventud... Hemos decidido tratar de bajarle un poco a las comida a la comida alta en grasas (más un poco para el poder seguir paseando y disfrutando y no sentirse uno tan cansado), pero siendo uno mexicano, pues la comida que más gusta y que sabemos preparar tienen una cantidad bastante considerable de grasas, por ello estamos optando por, 1. Comidas algo menos elaboradas y con mayor contenido de verdes o granos y 2. Cocinar esos platillos que nos gustan con menos aceites, y de éstos los menos dañinos.
Esta semana me ha tocado la cocina y el menú de la semana, y no tenía ni la más mínima inspiración. Afortunadamente, me topé con esas recetas sencillas que la gente deja en el facebook, que me han caído como anillo al dedo.
Primero lo primero: el desayuno.
Veo a mi novio que desayuna tomate y jamón y al cabo de tres semanas ha bajado dos o tres kilos (no hacemos mucho ejercicio, que si no...), mientras tanto yo, me aviento unas tres o cuatro horas en el gimnasio, solo para descubrir que he aumentado mi peso (que ya lo he investigado y es normal para el cuerpo femenino que pase así). Así que decidí seguirle un poco el juego y cambiar mi antiguo desayuno de té y pan o galletas (léase PAN!! y yo quejándome) por algunas verduras y té.
Esta semana he intentado brócoli, algunos palitos de zanahoria, un huevo cocido y uvas.
El brócoli siempre me ha gustado al hervido al dente con jugo de limón y ketchup (un agridulce express y rico), pero no me agradaba la idea de prepararlo de antemano para luego encontrarlo aguado por ahi de la mañana del miércoles en la oficina, y definitivamente no me pondría a hervirlo cada mañana antes de salir de casa. Nunca me había llamado la atención comerlo crudo hasta que ví a las hijas de una amiga comerlo con un poco de aderezo, miren que no está nada mal.
En cuanto a la comida, bastante simple en realidad y muy sabroza. Filetes de tilapa a la mantequilla (que porfin he dejado la margarina!) en cama de champiñones con ajo y cebolla, acompañado de una taza de arroz blanco. Además de milanesa de res marinada, con cebolla y jalapeño, a lado de una ensalada de arúgula, betabel y queso de cabra (una nueva experiencia).
Y por supuesto una manzana al día, no hay que olvidar las frutas! Aunque mi novio no tan fan de ellas.
Aunque las cenas de la semana no fueron muy saludables, siento que comimos más vegetales de lo que solemos comer, así que ya llevamos ganancia.
Esto de empezar una dieta balanceada es basante difícil, con el simple hecho de planear las comidas con antelación, buscar recetas, ir al super. Pero nos ha ayudado a no comprar comida en exceso, y aunque de vez en cuando nos damos unos gustitos, antojos o caprichos, nos ha ido muy bien.
A ver que tal seguimos las siguientes semanas, nos vemos!
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