homer comment

viernes, mayo 11, 2018

La muerte

La vida, no es vida sin la muerte.

Si fueramos eternos, la vida no valdría nada, tienes todo el tiempo para hastiarte. 
Por ello es más seductor lo efímero, un instante significativo sabe más que una eternidad vacía

Si no tuvieramos conocimiento de que en algún momento de que nosotros y nuestros seres queridos moriremos, no valoraríamos nuestras experiencias con ellos.
Apreciamos cada segundo, cada actividad porque habrá un momento en que no podremos hacerlo más, se nos acaba el tiempo.  Corremos porque llegará el momento en el que ni de caminar seremos capaces.  Valoramos las reuniones porque nuestra familia se irán uno a uno, poco a poco, o los dejaremos.

Al final, vivimos porque sabemos que moriremos.

lunes, abril 23, 2018

2018, Un revés en mi vida

Después de casi cuatro meses empezado el año, mi vida cotidiana vuelve a estabilizarse.  Enero fue duro, Marzo lo fue más, Abril me dió la oportunidad de encontrar algo de tranquilidad.

El pasado diciembre sabía que el 2018 sería difícil, había muy poca carga de trabajo y había mucho riesgo de recorte de personal allá en la empresa en la que laboraba; la verdad no me sorprendió mucho cuando recursos humanos llamó a mi extensión, para tener la charla de despedida y "dejarme ir".
Viviendo en el extranjero hacía la situación aún más difícil.   Tendría que dejar el país y separarme de la persona con la que comparto mi vida por no se cuanto tiempo, y regresar a mi país, buscar y esperar a encontrar trabajo de nuevo fuese donde fuese.

Gracias a uno de mis supervisores anteriores logré una entrevisa que me daría la oportunidad de seguir trabajando sin tener que cambiar mi residencia.  Así fue como en Febrero quedé atada a una silla, a una computadora y un teléfono, en espera de correos y llamadas para arreglar los aspectos legales de mi estancia. Llegado Marzo terminaría los trámites necesarios para poder volar de regreso a mi país y poner en regla mi papelería legal, y darle fin a mi desempleo.

Sin embargo, Marzo me dió un duro golpe.  Uno de los más difíciles momentos que tendré en mi vida.
A poco más de una semana de que tomara el avión, mi padre habría fallecido.

El hombre a quién le debo en gran medida mi vida, el hombre de quien estuve enamorada toda mi vida, se había ido.
Me ha dejado sus enseñanzas, su disciplina, su fortaleza, su música,  sus dichos, sus manías, el recuerdo de las risas que nos dió, de su porte,  de sus ojos y su manos.
Me queda el consuelo de haberme despedido de él meses atrás, de haberle dicho cuanto lo quiero, y que siempre está conmigo, no importa la distancia, el tiempo y ahora, su ausencia.
Me queda el alivio de saber que se ha desprendido de ese cuerpo, que aunque vivió en él tantas cosas durante tantos años, al final le causaba frustración y dolor; el alivio de saberlo ahora junto a mi madre, luego de haberla visto irse años atrás.

Y así fue como pasó Marzo, junto a una cirugía menor de la que me recuperé en dos semanas pero que es un parteaguas en mi vida.

Abril, luego volar de regreso a casa, empecé una nueva experiencia laboral, viendose prometedora, llena de nuevos retos y cosas nuevas que aprender.

Y así fue como un cuarto de año sse fue en un suspiro, uno ardiente, de tragos amargos.

Es es la vida, y hay que seguir viviéndola.